martes, 12 de octubre de 2010

Diving...

Sigo pensando- como escribí hace algún tiempo-que existen momentos que están hechos para guardarlos en la memoria, porque una cámara no puede transmitir lo que realmente sucede en tu alma. Por eso al final no sirvió la cámara de Bassey 
Bucear… tenia tanto miedo…!!! mi relación con el mar nunca ha sido muy buena que digamos. Yo trato, me meto, el mar me asusta y me recuerda quien es el que manda… entonces me salgo y sigo decidiendo que mejor lo veo de lejos, que mejor me imagino siendo una sirena que lo siente con cada célula de su “piel”… y entonces las pocas veces que logro meterme al mar, es con Mariana, y es un ratito, y es hasta las rodillas…
Pero hace días que me invitaban y yo ponía mil excusas: que mi jefe, que la clase de ballet de nana el sábado entonces me tengo que ir, que no ando vestido de baño, que la próxima entrada si voy con ustedes de fijo, bla, bla, bla, bla … Y después de no pensarlo – porque si lo hubiese hecho jamás hubiese ido- fui a la piscina a aprender el uso adecuado del equipo y a los dos días cuando me di cuenta ya iba en una lancha rumbo al arrecife con Fran, Mao y Bassey…
Yo iba sonriente tratando de inyectarme toda la energía y valentía posible, mientras ellos iban haciendo chistes: no te preocupes Nelly, mas de dos estudiantes no se me mueren por día decía Fran, decime que te gustaría que le dijera a tu mama, decía Mao… Bueno hasta aquí llego el arrecife –decian-, fijo van a decir ese sendero que se ve al fondo del mar, lo hizo Nelly con las alteas aprendiendo a bucear… jajajaja!
En fin, llego el momento. La parte más difícil fue tirarme para atrás, hacia el vacio, hacia el mar… -que por cierto debo decir que me dio mucha risa pensar en aquel chiste viejo de porque los buzos no se tiran para adelante cuando están en la lancha-
Como fue? Como me sentí? Al principio me sentí una invitada al fondo del mar, observadora, dichosa de poder explorar ese pequeño arrecife, maravillada con las cosas que puede hacer el Ser supremo, encantada de haber visto Nemo tantas veces con nana, porque me sentía así, un personaje de la película…
Cuando Fran me llevo al fondo del mar, apenas podía respirar, ya no era miedo, ahora era emoción. El fue el mejor guía que alguien puede tener: paciente y atento para ensenarme todo lo que ahí pasaba. Cuando me puso un pez globo en la mano, y pude agarrar una estrella de mar, fue un orgasmo… Después de un rato de observar ese mundo, llego un momento que me sentí parte de el… ya no era una invitada, ahora era alguien más de aquel hábitat mágico. Nadar con los peces, observarlos, sentirlos, conocer donde viven… magia, color, belleza, vida!!!
Ahora quiero volver… quiero hacer el PADI, y quiero explorar el mágico mundo que existe debajo del mar. No tengo miedo, porque sé que existe un mundo maravilloso allá abajo que vale la pena conocer y no me lo quiero perder!!!

viernes, 8 de octubre de 2010

Querido Dios, por favor enséname todo lo que me queda por aprender sobre el perdón, la rendición y la paciencia...